El Informante averigua

El informante, tu inteligencia privada

 

 

El suave ruido de la computadora enfriándose es lo único que puedo oir mientras me siento frente a ella en la completa oscuridad de esta noche.  

 

Cuido cada uno de mis movimientos. Silencio absoluto. Tamborilleo por costumbre mis dedos sobre la mesa y esa sola leve vibración hace que la pantalla antes negra, se torne súbita y poderosamente brillante. La luz pega directamente en mis ojos. Es la señal exacta que pone mis dedos en movimiento. Bailan sobre el teclado.

 

Asi que acá estoy Yo,  el de toda la informacion. Y ahí ustedes… los que nada saben.

 

Es hora de hacer justicia.

 

Lo que estoy a punto de hacer es como dirían la escrituras  justo y necesario. Es la misión última para la que fuí entrenado. Como buen informante dejaré infiltrar cuanta cosa pueda,  así sea  que se me vaya la vida en ello.

 

Quizás crean que soy  una especie de Santo Caballero de la Noche…. bueno, probablemente estén en lo cierto. Y por ustedes lucho.

 

¿No son ustedes acaso los guerreros de esta historia? aquellos dispuestos a realizar apuestas en la oscuridad de la ignorancia?

Van  arriesgando el mango en esto y sin embargo nada exigen saber sobre La Máquina.

 

Ella guarda sus cartas bien cerca de su pecho sin revelar nada. Es una buena jugadora. Pero andan con suerte porque yo tengo acceso tanto a sus cartas como a su pecho!

 

La Máquina duerme, casi no respira. Le tomo el  pulso y  no puedo creer el resultado, 50 pulsaciones por minuto. Tiene un corazón fuerte. Pero sé más, mucho más sobre ella y acá van los primeros mensajes. De un agente a otro, sirvanse destruirlos tan pronto sean leídos:

 

–          El otro día mientras tiraba la basura descubrí miles de trocitos de cartón entre los residuos. Pase días armando la pieza sólo para descubrir lo que  ya me sospechaba desde un principio: una caja de zapatos. Si, tiene zapatillas nuevas!

–          También me he tomado tiempo para clasificar exhaustivamente su ropa sucia, prestando especial atención a su ropa interior, oliendo donde fuera necesario. Años en la práctica de este arte han dado sus resultados. Puedo decirles con exacta precisión cuántos kms ha recorrido y el tiempo exacto que le llevó hacerlo. Claro que también podría invitarlos a visitar su perfil en la siguiente página: Map my run. Ella tiene la costumbre de grabar todo su entrenamiento allí.   

–          Su fuente principal de energía proviene del chocolate. He realizado una exhaustiva investigación sobre el tema para descubrir que:

•  El chocolate estimula la secreción de endorfinas, produciendo una sensación de placidez similar a la que un atleta siente después de haber corrido varios kilómetros (“runner’s high”).

La cantidad de chocolate que La Máquina consume debe ser el equivalente a la sensación de un maratonista.

 

Escucho ruidos. Guerreros; es hora de irme.

 

No desaprovechen la información recibida…  Salut!

El Informante.

 

PD: Este mensaje se autodestruirá en 10, 9, 8 ..